Mis lecturas recomendadas.

Ayer en #FESEI tuve una sesión larga sobre oratoria y comunicación y -por supuesto- como condición indispensable para el líder, tanto hacia audiencias externas como internas. Un alumno me preguntó sobre un buen libro sobre el tema, y se lo dije. Esta misma semana, desde #LISA Institute, también me pidieron un listado de diez para recomendar a otros alumnos de Comunicación Estratégica y… me costó horrores. Claudiqué.

Hoy, con la mente más clara y desayunando en una cafetería con rumbosas canciones españolas de fondo, ya lo tengo todo más claro. Recomiendo el último libro de Maggie O’Farrell. “La distancia que nos separa”, que me acabé ayer mismo por la noche. O el anterior a ese. O el anterior al anterior. Cualquiera de los tres son interesantes tratados sobre comunicación y liderazgo, pero no hablan ni de lo uno ni de lo otro. Hmmm…curioso.

Aconsejo siempre a mis alumnos leer. Puede ser sobre temas técnicos, faltaría más, pero… no voy exactamente por ese camino. Los mantras sobre la necesidad de empatizar, de escuchar activamente, sobre entender los problemas del subordinado son de una certeza indudable pero, para ello, hay que sentir primero. Hay grandes maestros de la literatura en hacer sentir. Cualquier emoción de Ekman, da lo mismo la alegría que la pena, el miedo que la ira, el asco que el desprecio. Literatura que nos hace con-movernos. Movernos con el autor. Entender el alma humana y sus complejidades, emocionarnos, contagiarnos, sufrir y alegrarnos con los protagonistas y, así, estar más cerca de la empatía y de toda la cantinela del buen líder. Entender por haber sentido.

Por otra parte, digo, y sin menospreciar la admiración que me produce cualquiera que escriba y, más aún, si publica, la literatura técnica no suele ser candidata a los Nobel. Enseña, incluso divierte pero…La oratoria requiere de recursos. Insisto bastante en el número tres en mis clases. Para las anáforas, para la descripción con calificativos… siempre tres. Maggie y miles de novelistas, contribuyen a que aumentemos el léxico, a que ese camino aristotélico de gramática – lógica –  retórica, sea más sencillo; porque no solo de técnica vive el hombre. Necesitamos de la belleza del lenguaje y de las emociones para aprender a utilizarlos y a sentirlos, para poder describir lo que sentimos, para poder decir con contundencia que el líder necesita de la empatía y de la escucha del subordinado.

Así que, me sumo a cualquiera que entienda de este tema y, yo también tengo mis lecturas recomendadas para el líder del presente y del futuro, aunque no hablen para nada de liderazgo.

Un coronel entre el mando y la comunicación

Contactame

Un coronel entre el mando y la comunicación

Ir al contenido