“Lo que se sabe sentir, se sabe decir”, cito a Cervantes. En realidad cito a Andrés Trapiello en su libro “Madrid”, pero la supongo cierta.
Si tuviera que quedarme con un único consejo para comunicar de manera eficaz, sería ese mismo: ¡siente! . “Todo el mundo sabe contar la victoria de su equipo” decía alguien, y también éste acertaba. Para los griegos, el itinerario de aprendizaje era gramática-lógica-retórica pero, por encima de todo (esto no es griego, es ComunicaMente) la claridad de sentimiento. Puede incluso valer un dominio medianero del lenguaje si se suple con comunicar con pasión, exaltada o controlada, pero un sentimiento claro que será el que guie nuestros dedos o nuestra voz, escrito o hablado, para producir el efecto deseado en los que nos escuchan.
Hoy, día del libro conmemorando la muerte de Cervantes, leamos. Un poco de literatura de calidad no hace daño. Algo que supere las diez líneas, que vaya más allá de la literatura técnica o profesional, que nos permita relajarnos para poder sentir algo de lo que algunos acertaron a escribir de manera magistral. Algo que nos permita reflejarnos en esos sentimientos para poder expresarlos y -ahora sí- comunicar con entusiasmo…porque el entusiasmo se nos haya quedado agarrado a las tripas.